Agradar a Dios
- Esteban alfaro
- 10 abr 2018
- 2 Min. de lectura

El agradar a Dios debe ser nuestra más alta prioridad como creyentes, ya que como lo establece la escritura “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Hechos 11:6”.
¿Pero en nuestro diario vivir como podemos buscar el agradar al Señor?
Con nuestro testimonio haciendo de, él una forma de vida, como cuando sobreviene la tentación, debemos permanecer firmes y fieles y decir “NO, gracias; Prefiero agradar a Dios”.
Antes de enfadarnos con alguien más, detengámonos y declaremos “No; voy agradar a mi Señor manteniendo mi boca cerrada”.
En el trabajo, cuando se sienta que no se le trata bien, o con justicia, y se sienta desmotivado y con ganas de haraganear, venza esa actitud declarando “Yo voy agradara a Dios con mi trabajo, dando lo mejor de mí, realizándolo con excelencia, porque sé que no es para los hombres, sino para Él.
Viviendo de esta manera, con esta actitud, y mirada puesta en la meta de agradar a Dios, en todo momento, lugar y acción, dando así un claro testimonio que refleja el poder de Cristo resucitado en nosotros, podremos estar siempre gozosos y en paz, sabiendo que estamos viviendo en una forma que agradamos constantemente a Dios, y que ese testimonio será una luz, una lámpara en medio de las tinieblas de este mundo, con la cual podremos sin decir una sola palabra demostrar el poder de Dios en nuestras vidas y con ello sembrar la semilla de mostaza del reino de Dios, en el corazón de quienes nos rodean.
Que esta sea una de sus metas cada día, el mostrarse agradable ante el Señor, con un cristianismo activo, aplicando la Palabra en su vida.

Señor gracias por la oportunidad de levantar tu obra para con mi prójimo, mediante mi testimonio. Guíame en tu camino de sabiduría para vivir tu Palabra en mi corazón, y así llevarla a la práctica en mi diario vivir.
Que tus pensamientos habiten en mi corazón, y tu palabra sea el tesoro resguardado en él, para poderlo compartir con quienes me rodean, Amén.