Restauración con mansedumbre
- Esteban alfaro
- 10 feb 2018
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Como hijos de Dios somos llamados a ser luz, a ejercer el afecto fraternal apoyando al débil, no sin antes examinar nuestros propios corazones ante Dios y estar llenos del Espíritu Santo para que él sea quien nos convierta en instrumentos con una actitud y corazón manso, humilde, misericordioso, dócil y paciente para así poder aligerar la carga de otros, pero estando atentos y cuidadosos de nuestra salvación propia y sin caer en glorias vanas, sino recordar siempre que es Dios en nosotros y a través de nosotros que actúa y se glorifica.
Busquemos el perdón de Dios, para aprender el significado del perdón.
Busquemos el amor de Dios para entender cómo amar a nuestro prójimo.
Roguemos por la misericordia del Señor, para practicarla con quienes la necesitan.
