Cercano es Jehová

Cuando enfrentemos un problema, lo que debemos pedirle a Dios, es sabiduría. Solo pídele sabiduría.

La sabiduría de Dios es la llave que abrirá toda puerta en nuestra vida y convertirá todo fracaso en éxito. Por lo tanto, mejor invirtamos más tiempo escuchando lo que Dios tiene que decirte con respecto a la situación que estamos atravesando.

Si nunca has puesto eso en práctica, necesitas hacer lo siguiente:

En primer lugar, presentemos todo el problema al Señor; no porque Él no sepa lo que está sucediendo, sino porque hacerlo nos ayudará a ver las cosas desde un punto de vista más objetivo.

En segundo lugar, prestemos atención al consejo del Espíritu de Dios. Prestemos atención a lo que Él tenga que decirnos por medio de la Palabra. Es muy posible que nuestra preocupación haya ahogado la Palabra de Dios en el corazón.

Marcos 4:18-19

18 Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra,

19 pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa.

Si es así, necesitamos tomar la Biblia y volver a llenarnos de la Palabra, con el fin de que el Espíritu Santo pueda hablarnos por medio de ella.

En tercer lugar, actuemos en la sabiduría que Dios nos da. Desechando nuestros propios métodos y pongamos los de Dios en acción. Siendo obediente. Si no lo hacemos, esa maravillosa sabiduría no nos beneficiará de manera alguna.

Al orar hoy, descartemos nuestras propias ideas y comencemos a buscar la sabiduría de Dios. Es la única cosa que puede resolver permanentemente los problemas que enfrentamos. La verdad, es el regalo más precioso que Dios nos puede dar.

¡Busquemos la sabiduría!