Diversidad de Dones en la Iglesia
- Esteban alfaro
- 4 ene 2018
- 8 Min. de lectura

1 Corintios 12:4-11
4 Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo.
5 Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo.
6 Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo.
7 Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.
8 Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu;
9 a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu.
10 A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.
11 Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.

Los dones y ministerios, son los regalos que Dios nos da a cada uno de nosotros, para colaborar en la edificación de la iglesia de Dios.
Cada persona que acepta a Jesucristo como Señor y Salvador, recibe la unción (el Espíritu Santo), y es sellado, hasta la redención, esto por medio del conocimiento de la palabra, además se le activa el don o dones con el que Dios lo mando a este mundo, ya que TODOS tenemos algún don dado por DIOS, y sólo por Dios, para el provecho (el bien común) de su iglesia.
Por ello los dones NO son para competir, sino para servir a Dios en la edificación de su iglesia de todas las formas en que se pueda servir, ya que la recompensa en el cielo no es por todo lo que hayamos hecho, porque no es por obras, sino por la fidelidad en ello radica la recompensa de Dios.
No existe tal cosa como pedir o aprender dones a Dios, o que alguien te imponga manos para darte dones de alguna clase, ya que los dones SÓLO el ESPÍRITU SANTO los dá, según la soberanía de Dios.

1 Corintios 12:28
Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas.

¿Quién da los dones? ¿Los Pastores?, ¿Los institutos teológicos?
NO, Dios y sólo Dios es quien asigna los dones y ministerios.
Y al contrario a doctrinas en las cuales se afirma que el hablar en lenguas es evidencia del Espíritu Santo en nosotros, la realidad, la Palabra muestra que no es cierto, ya que Dios es quien en su soberanía entrega sus dones a cada quien según su propósito en la iglesia de Cristo.

1 Corintios 14:2-4
2 Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios.
3 Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación.
4 El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia.

Y para reafirmarlo, la misma Palabra de Dios dice que es mucho mejor tener los otros dones, dando orden de prioridad, y dejando al final las lenguas, ya que este don no edifica la iglesia, sino así mismo, a no ser que sea mensaje a la misma y haya un asignado por Dios para revelarlas. Pero el que profetiza enseña y edifica a la iglesia de Dios.

2 Corintios 1:21
Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios,

¿Cuál es la diferencia entre un cristiano y un no creyente?
El cristiano, (que significa pequeño ungido), no es alguien que solo va a la iglesia el domingo, o alguien que tenga una religión, sino es una persona que tiene la presencia del Espíritu de Dios en su vida, que tiene la unción dentro de sí, la cual nunca hasta el día de nuestra muerte, saldrá de nosotros.
Ésta presencia de Dios, ésta unción, podemos lastimarla, apagarla, aun siendo salvos, cuando nos entregamos al pecado.
Mientras que un no creyente, tiene su espíritu muerto, sin la presencia de Dios en su vida.

2 Corintios 1:21,22
21 Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios,
22 el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.

Ésta unción, no es intercambiable o impuesta por hombres, en el nuevo pacto (por la sangre de Cristo), es Dios quien la entrega y deposita en el corazón del hombre al aceptarle y creer en Él. Ungiéndonos, sellándonos y dándonos las arras (garantía) del Espíritu de Dios.

Efesios 1:13-14
13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.

Dios nos confirma que al creer en Él tenemos la garantía de ser sus hijos, salvos y llenos de unción de su Espíritu Santo.
Esto para que desde demonios, ángeles y el mundo espiritual que nos rodea, sepan que somos PROPIEDAD de Dios, y ninguno de estos pueda acercarse a nosotros más que con el permiso de Dios, por ello cuidémonos de no transgredir las leyes de Dios y de salirnos de su cobertura, en rebeldías, desobediencias, o negaciones del poder de Dios, siendo ya conocedores, porque entonces estaremos desorientados, perdiendo la brújula y el ancla por habernos salido de la autoridad del Señor.
Ahora cual es la condición para ser ungidos, sellados.
(“habiendo oído la palabra de verdad”)
Recordemos que la fe es por el oír y el oír por la Palabra de Dios, y sólo mediante la Palabra el corazón del hombre podrá quebrantarse y quitarse el velo de mentira que el mundo le ha puesto en sus ojos.
Así que escuchando, leyendo y creyendo en el evangelio logramos tener acceso a esa presencia de Dios y aceptando a Cristo podemos ser sellados y llenados de su unción, en garantía de pertenecer a Dios hasta el día de la redención de la posesión adquirida por Dios con su sello, es decir el rescate de nuestro cuerpo en la resurrección, (porque en ese momento seremos semejantes a Jesucristo), ya que fuimos comprados por sangre, y somos ahora templos del Espíritu Santo con el nuevo pacto en la crucifixión, ya no en los edificios de piedra sino en nuestro cuerpo que ahora es el templo de Dios.

1 Corintios 6:19,20
19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
20 Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

Tanto nuestro cuerpo como nuestro espíritu son de Dios, una vez que somos sellados por su Espíritu.
He aquí la importancia de estudiar la Biblia, de apasionarse por su revelación a través del Espíritu Santo, para poder llevar a otros este entendimiento de la magnitud y consecuencias de vivir fuera del sello del Dios todopoderoso, porque estando sin su unción en nuestra vida, estaremos condenados a la muerte, no solo física sino eterna, espiritual, y que nuestra vida terrenal será vulnerable constantemente, a todo tipo de ataques del enemigo, Satanás, y revelación para entender si esas enseñanzas están conforme a la verdad de Dios.

1 Juan 2
20 Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.
27 Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.

Una vez que recibimos la unción de Dios, que recordemos es el Espíritu Santo, ya no tendrá sentido en nuestras vidas el buscar las enseñanzas de doctrinas falsas y de filosofías ajenas a la verdad de la Palabra, de personas que NO sean Cristianas, ya que el mismo Espíritu Santo nos dará discernimiento, y revelación para entender si esas enseñanzas están conforme a la verdad de Dios.

1 Corintios 2:12-14
12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,
13 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.
14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.

La unción de Dios nos brindará el entendimiento del mensaje del Señor en la Biblia para nosotros, sus hijos ungidos, porque la Palabra es inspirada por el Espíritu de Dios y solo con el Espíritu Santo en nosotros seremos capaces de tener entendimiento en el espíritu nuestro lo que fue inspirado por el Espíritu de Dios, y aquellos que no creen, leerán y no entenderán su Palabra porque no tendrán el entendimiento ni revelación necesaria, y por eso la Palabra de Dios es locura a su entendimiento, esto porque el evangelio no sólo se entiende con sabiduría humana, sino que se discierne y el único que da el discernimiento es el Espíritu de Dios.

1 Juan 5:5-6
5 Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye.
6 Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.

Por eso personas que son eruditos intelectuales pero sin Dios en sus vidas, simplemente no entienden las cosas del Espíritu de Dios ya que tratan de razonarla, porque lo que está en ellos es el espíritu del mundo. Y por ello es que cuestionan y buscan desacreditar la Biblia, encontrando inconsistencias donde no las hay, ya que no tienen la revelación de la unción de Dios para recibir su evangelio, y la Palabra no se razona, se discierne.

1 Corintios 12:13
13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

Cuando recibimos a Cristo, recibimos todo el paquete completo, el sello, la unción, y el bautismo por el Espíritu Santo. Ya que Dios no da la salvación por partes, ya que somos completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad. (Col2:9-10).
Lo que nos hará falta es desarrollar esa unción, crecer más dentro de nosotros, para que el Espíritu Santo se mueva más y más en nosotros y nos revista de su poder, el cual viene sólo y únicamente por la búsqueda de la santidad y consagración a Dios y sólo por medio de escudriñar las escrituras es que podremos lograr estas cosas, la Biblia es lo ÚNICO, que necesitamos para madurar espiritualmente, su Palabra es suficiente.
Si le buscamos de todo corazón Dios nos dará todo lo que necesitemos por añadidura.

Romanos 8:9
9 Más vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.
Efesios 1:3
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,

Busquemos tener el Espíritu de Dios, porque de lo contrario NO seremos sus hijos, y no tendremos acceso a todas las bendiciones espirituales en Cristo. Sólo debemos creerle y crecer, madurar espiritualmente, y luchar y defender la fe cristiana y el verdadero significado y poder del Espíritu Santo en nuestras vidas, y las graves consecuencias de o no aceptarlo o de igual manera el apagarlo o contristarlo, y esto último más grave aún ya que lo hacemos en plena conciencia y revelación de que lo estamos haciendo adrede, quedando fuera de la protección de Dios y su cobertura, exponiéndonos a todo tipo de ataques y dardos de fuego del enemigo.

Dios les bendiga