La Biblia, lugar de tesoros
- Esteban alfaro
- 2 ene 2018
- 2 Min. de lectura

La Biblia, lugar de tesoros

Cada uno de nosotros que se someta de corazón a la verdad de la Palabra de Dios, debe regocijarse ya que en ella encontrará una infinidad de tesoros los cuales no permitirán que salgamos iguales a cómo llegamos, antes de meditarla.
Hoy quiero llevarte a pensar en qué bendición es poder tener en tus manos la Palabra de Dios. Es un bendición que a veces pasamos por alto porque nos resulta cotidiana. Y ese es el peligro de lo cotidiano, lo damos por sentado, se nos vuelve común y olvidamos que no por eso deja de ser un regalo de Dios.
Pero es todo un privilegio ya que en algunos lugares todavía no tienen la Palabra de Dios. En otros es un alto riesgo poseerla, y ¡te puede costar la vida!
No leamos la Biblia considerando que es sólo un deber, o algo a cumplir de una lista de deberes de un cristiano.

Pidamos a Dios que nos dé, pasión por su Palabra, que sea realmente un pan de vida, algo sin lo cual no podamos vivir. ¿Por qué? Porque su Palabra es algo vivo, no es mera tinta sobre papel. La Biblia tiene el poder de transformar, el alma de cada uno de nosotros.
No es un libro de mejoramiento personal, ni una obra literaria grandiosa, ni siquiera un documento histórico más, aunque de cierta manera es todas esas cosas… ¡es la Palabra de Dios, viva, eficaz, luz que ilumina, la que nos revela al Dios en que creemos!

En la Biblia tenemos suficiente, porque ningún otro libro muestra el camino al Dios verdadero, ningún otro tiene palabras de vida eterna, ningún otro libro tiene promesas inconmovibles, ningún otro libro ha sido escrito bajo la inspiración infalible del Espíritu Santo de Dios.
¡Su Palabra no regresa vacía, siempre produce fruto! , nos hace aborrecer el pecado, nos muestra cómo encontrar la paz, el camino y la verdad, en Jesucristo, pero solo podemos conocerle en su palabra.

¿Valoramos tú y yo la Palabra de Dios, la atesoramos? ¿Le damos gracias porque cada día la podemos tomar en nuestras manos y leerla con toda libertad?
Te desafío a pensar en tres razones por las cuales agradeces a Dios el tener su Palabra.