Nacidos de Dios
- Esteban alfaro
- 12 dic 2017
- 1 Min. de lectura
Si queremos vivir por fe, consideremos que la duda es uno de los hábitos más peligrosos que podamos tener. Ésta proviene de la indecisión, haciéndonos inestables, de poca confianza e indecisos, acerca de todo lo que pensamos , sentimos y decidimos.
Si titubeamos, nuestras decisiones estarán divididas. Estaremos tan ocupados debatiéndo entre la fe y el temor, que no podremos progresar en nada. Tomemos la firme decisión de confiar en la Palabra de Dios y de actuar conforme a lo que ella establece. Cuando la duda venga a la mente, échemosla fuera de inmediato dando el paso de fe ¡y así siempre iremos adelante de todo aquello que intente derrotarnos! Oración: Señor, quiero confiar en Ti con todo mi corazón. Sé que el control de mi vida se encuentra en tus manos. Dame la sabiduría para ceder ante tu guía y no ante mi propio entendimiento, para encontrar nuevamente el camino, cuando me encuentre perdido. Amén.
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