La Palabra: "Aliento de Dios"

En la Palabra, que es el propio aliento de Dios que nos habla, responde a inquietudes, que nos consuela, corrige, e instruye, encontramos la norma de conducta que el Padre estableció para la humanidad, siendo absoluta, invariable, sin mancha, llenandonos de seguridad en un mundo de insertidumbres. Por ello es perfecta y llena de gozo, paz que sobrepasa todo entendimiento nuestra alma, nuestro espíritu, guiando así nuestras conductas y pensamientos, y direccionando nuestra voluntad a buscar la santidad en Cristo y ser cada día más parecidos a Jesús cuyo testimonio se simplifica en obediencia absoluta al Padre Celestial. Así su palabra quita la sencillez, la ignorancia de nuestro ser, evitando que cualquier falsa filosofía o doctrina nos engañe, y permitiendonos entender y retener todo aquello que nos edifique en Cristo Jesús y nos permita derrumbar argumentos. Esa es la sabiduría al sencillo que reconoce a cada momento en cada circunstancia que necesita de Dios. Padre gracias por obsequiarnos tu Palabra, que es un manual de adoración a ti, nuestra guía moral, y fuente de sabiduría y consuelo, gracias por el previligio de poder estar en tu presencia en cada momento que así lo deseemos, gracias por prestar atención a nuestras súplicas e interseciones y responder en tu palabra.