Buscar
Animaos unos a otros
- Esteban alfaro
- 11 dic 2017
- 1 Min. de lectura
No cometamos el error de juzgar la profundidad de la fe de otra persona y damos por sentado que un cristiano maduro puede enfrentar lo que sea. En realidad, toda persona tiene debilidades y momentos cuando su fe vacila. Pablo sabía que Dios cuidaría de él, pero aun así deseaba el toque de un amigo, palabras de aliento y la presencia física de sus seres queridos. No demos por sentado que otra persona puede prescindir de nuestra ayuda y amistad. Los creyentes hemos sido llamados a ministrarnos unos a otros.