Nosotros de Cristo
- Esteban alfaro
- 30 nov 2017
- 1 Min. de lectura
Desde el instante en que aceptamos a Jesucristo en nuestra vida como nuestro Señor y Salvador, por su sangre, muerte y resurrección, pasamos a PERTENECERLE, a Dios; Así que NADA ni NADIE puede tocarnos sin él conocimiento y concentimiento de Dios. Por ello cada prueba, cada adversidad, es el llamado de atención, lleno de amor por el Padre para hacernos ver nuestra insensatez, y Dios en su misericordia nos guía paso a paso, en cada adversidad para corregir nuestro camino y perfeccionar y acercar nuestro carácter al de Cristo. Así es como Dios nos da sabiduría, fortaleza, madurez espiritual, instrucción, porque al que él ama corrije. Padre ayúdame a recordar cada día que soy sellado hasta el día de Jesucristo y por ende la protección absoluta del Padre está sobre mí; y con ello darme cuenta que cada adversidad es tu oportunidad para mi vida de educarme y cuidarme, en tu amor, sabiduría y fidelidad inmutables. Amén.
